¿Qué es el factor V?
El factor V es una proteína que desempeña un papel fundamental en el sistema de coagulación de la sangre. Actúa como cofactor en la conversión de protrombina en trombina, enzima responsable de la formación de fibrina, principal componente de los coágulos sanguíneos. En su forma activada (factor Va), el factor V acelera la cascada de la coagulación y ayuda a detener las hemorragias. La regulación normal del factor V es crucial para el equilibrio entre la coagulación de la sangre y la tendencia a sangrar.
¿Qué es la protrombina (factor II)?
La protrombina, también conocida como factor II, es otra proteína importante en la cascada de la coagulación sanguínea. Se produce en el hígado y se libera en la sangre. En el último paso de la cascada de la coagulación, la protrombina es convertida en trombina por enzimas como el factor Xa y el factor Va. La trombina desempeña un papel clave en la conversión del fibrinógeno en fibrina, que forma un coágulo sanguíneo estable. Por tanto, la protrombina tiene una importancia fundamental para la coagulación eficaz de la sangre y la cicatrización de las heridas.

Bueno saber
¿Sabía que alrededor del 5% de la población europea es portadora de la mutación del factor V de Leiden? A pesar de esta elevada proporción, sólo unos pocos desarrollan realmente una trombosis, lo que demuestra lo compleja que es la interacción de la genética y los factores ambientales.
Las trombosis y sus factores de influencia
Una trombosis se produce cuando se forma un coágulo de sangre en un vaso sanguíneo y obstruye el flujo sanguíneo. Diversos factores pueden aumentar el riesgo de trombosis. Además de las predisposiciones genéticas, como la mutación del factor V de Leiden y la mutación de la protrombina, también influyen los factores ambientales. Estar sentado mucho tiempo, por ejemplo en vuelos largos, la deshidratación, la obesidad, el tabaquismo y ciertos medicamentos como los anticonceptivos orales aumentan el riesgo. Además, afecciones como la insuficiencia cardiaca, ciertos tipos de cáncer y las enfermedades autoinmunes pueden aumentar aún más el riesgo de trombosis. Comprender estos factores es crucial para desarrollar estrategias de prevención eficaces y evitar la trombosis.